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Contaminación en la Bahía de Puno

LA AGONÍA DEL TITICACA. PRIMERA PARTE

Publicado: 2011-08-17

Reportaje. Por Allison Alcázar y Eder Acuña

Cuenta la leyenda que Manco Cápac y Mama Ocllo salieron de las aguas del Lago Titicaca para encontrar un lugar dónde fundar su imperio. Atrás dejamos las leyendas para conocer que en la actualidad lo que brota de aquellas aguas sagradas no es ningún elemento mítico, sino un elemento orgánico corrosivo denominado lenteja de agua, generada por el hombre, y que se encarga de destruir las especies que la Bahía de Puno conserva.

La contaminación del lago se centra en la Bahía de Puno. El Director de Medio Ambiente del Proyecto Binacional Lago Titicaca (PELT), Germán Espinoza, se opone a la generalización de los pobladores y de los medios de comunicación al decir que todo el Titicaca está contaminado. “La Bahía de Puno tiene una extensión de 17  km² de 8400  que tiene todo el lago, ello representa menos del 1% del Lago Titicaca; entonces no se puede decir que todo está contaminado, eso es falso”.

El Titicaca es el lago navegable más alto del mundo, y capta la atención de propios y extraños por sus inmensas alfombras de agua tranquilas sobre las que reposan, según el Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA), 87 especies de aves como el “zambullidor del Titicaca”; y se calcula que en sus profundidades existen 26 especies de peces como el pejerrey y 18 tipos de anfibios como la rana gigante o “Kelli”. La riqueza de este lago es tanto biológica como cultural, ya que en su territorio se han asentado los descendientes aimaras y quechuas de la etnia Uros, quienes se dedican a la pesca artesanal y al turismo en las islas flotantes de totora.

SUMA DE CONTAMINANTES

La contaminación en la Bahía de Puno se origina a partir de la eutrofización; es decir, la invasión de organismos parasitarios que se aprovechan de los nutrientes que las especies acuáticas poseen, ocasionando su muerte y extinción progresiva. La lenteja de agua o Lemna SP se parece a un conjunto de diminutas plantas de color verde que conforman un inmenso manto que cubre todo el lago. El jefe del proyecto ambiental de la organización civil LABOR, Miguel Yucra, menciona que la lenteja es síntoma evidente de la contaminación, pues de lejos puede apreciarse una alfombra que para algunos es bella, sin embargo, al acercarse se perciben olores pestilentes, todo ello ocasionado por la degradación del ecosistema que están invadiendo.

Los factores que provocan este problema son causados por el propio ser humano, pues las acciones que este realiza –sea consciente o inconscientemente- perjudican la calidad ambiental de su propio entorno. Enrique Flores Condori, investigador de la Universidad del Altiplano menciona: “En los últimos años se ha incrementado la población en la ciudad; así también, los pueblos que están asentados en el lago tienen varios distritos donde se acumula constantemente la densidad poblacional. Estos pobladores carecen de una cultura ambiental, por eso hacen todo sin pensar en las consecuencias si no los afecta de forma inmediata”.

Sin embargo, para Yucra el hecho se orienta a que el pensamiento que tienen los puneños aimaras y quechuas es diferente al de un poblador contemporáneo de la zona:

“No podemos igualar al aimara con la generación actual de puneños; el aimara tiene un pensamiento naturalista, en el que debe convivir con el hábitat y no es consciente de que sus acciones pueden ocasionar desastres. Es complicado poder llegar a ellos porque intervenir sería como intentar cambiar su pensamiento; cosa que no sucede con el puneño urbano, el cual está adquiriendo una conciencia sobre el ambiente”.

El último estudio del Ministerio de la Producción señala que el hombre interviene en tres de los componentes contaminantes para el ambiente y que propicia la expansión de la lenteja; estos son, los relaves mineros, el vertido de aguas servidas y la mala deposición de residuos sólidos. Cabe señalar que el estudio referido indica que de los tres factores mencionados, el vertido de las aguas servidas es el más perjudicial debido a la falta de un sistema integral de alcantarillado. Para Germán Espinoza tanto en las ciudades, como en las islas de los Uros no se cuenta con sistemas de desagüe, y si los tienen estos se encuentran en mal estado. “Todas las ciudades que confluyen en el Titicaca, como Yunguyo, Desaguadero, entre otras, desechan sus aguas residuales sin tratamiento, porque no están en las condiciones sanitarias adecuadas, por eso el 70% de las aguas servidas van a los ríos y llegan al Titicaca”, refiere el director del PELT.

Desagradable. Basura y agua contaminada se vierte a diario sobre los rios que desembocan en el Titicaca

Por otro lado, la deposición de residuos sólidos (basura) es también un factor importante de contaminación. Según Espinoza, en Puno mensualmente se recolecta entre 80 y 82 toneladas de residuos sólidos; sin embargo la cobertura de recolección es solo del 70%, es decir,  aproximadamente 18 metros cúbicos de desechos descienden a los ríos para desembocar en las aguas del Titicaca. De igual manera, refiere que los metales trabajados en las minas terminan en el fondo del agua, ocasionando que esta se vuelva muy ácida y cargada de los componentes del metal depositado.

La contaminación del Lago Titicaca es mucho más alarmante que la de los ríos y las playas, ya que el Titicaca es una cuenca endorreica, es decir, un área cerrada en la que confluyen cuencas y ríos. Por ello tiene pocas posibilidades de eliminar sustancias contaminantes, y esta condición la convierte en un ecosistema extremadamente frágil.

Mañana, La segunda parte del Reportaje: La agonía del Titicaca


Escrito por

COMBASE

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